Por Gabriel Romero *

Sostiene que la decadencia empezó con Irigoyen a quien fustiga como el primer "socialista", justo con el voto secreto y universal ; añora en definitiva aquella etapa anterior donde los gobernantes se elegían por minorías y con fraude.
Agravia a Alfonsín que no hay duda ha tenido un papel determinante en la recuperación y estructuración de la democracia.
En su lógica antidemocrática niega el terrorismo de Estado y como los Comandantes asesinos dice que solo fueron "excesos".
Tiene a Menen como el mejor presidente y a Cavallo como el mejor Ministro de Economía ; década del 90 donde se remataron las empresas públicas a precio miserable, y se destruyó empleo a mansalva.
Tenía como confidente a Macri y ahora su Jefe de Campaña ; el mismo que tomó un crédito a 100 años y con el que volvimos al FMI con un endeudamiento endemoniado de 48 mil millones de dólares.
Entre sus propias ideas se cuentan "la dolarizacion - sin dólares - ", la educación a pagar con bouchers, la venta de órganos cómo si estos fueran simple mercancía y la "motosierra del gasto" que significa que todos los servicios triplicaran su precio.
Referencias viejas y decadentes junto a propuestas nuevas insólitas , que nos restan derechos trascendentes.
Votar por Milei es volver un siglo atrás, aunque intente aparecer moderno con un peinado raro y griterío anti casta.
Se trata de una elección crucial que se resuelve como siempre intentando construir.
Destruir todo es lo que quieren un Estado mínimo que ponga la Argentina de remate y los derechos ciudadanos valgan cada vez menos en aras del mercado.